23 abril 2024

ELEMENTOS


 

El hombre, manipulador

que se complace en cambiar el paso

al desfile ordenado de lo creado,

en trastocar el equilibrio inicial

subvirtiendo cuanto toca.

 

Tierra, alimento, sustento, lecho,

despensa y granero, silo y firmeza;

pero a fuer del maltrato evidente,

ruina que se anuncia sin oír el clamor

clarividente de trompas y clarines.



Agua, manantial intervenido e impuro,

arroyo pestilente y río contaminado;

mar basurero, tumba, cloaca salina,

que no salerosa.



Fuego, ardor de vísceras y resentimientos,

quema indiscriminada de rastrojos

y de aquello que se lleva por delante,

incredulidad y despilfarro,

incineración del sentido común,

rayo que raya, que araña el alma

que saja la médula de la cordura.



Aire, soplo, brisa, viento, vendaval,

gradación que arrasa, pirueta

que transporta al naufragio inverso;

cielo imposible de alcanzar, caída libre,

paz transportada, mudanza, desorden,

trashumancia forzada y batacazos.



Cuatro elementos:

cuatro armas en manos inapropiadas.

22 abril 2024

EL NIÑO

 



Tú que eres el candor

y la belleza plena,

la inocencia en grado superlativo.

Tú que bebes como quién juega

y juegas con el jugo de los besos maternos.

Tú que sigues el curso

de las cucamonas sin malicia

y te reflejas a plenitud

en una mirada limpia.

Tú que eres la perfección

en tamaño reducido

y no conoces la perfidia.

Tú que todavía, un copo de nieve

ardiente e inmaculado,

eres la esencia que ya conjugas

presente y futuro.

Tú que eres la esperanza

de la generación futura,

aprende de mis errores

y mantente por siempre potable

en el cauce del arroyo que vives,

sin pensar a qué mares irán tus aguas.

21 abril 2024

SER MADRE

 


Ella es un arrullo continuado

y también una carantoña

como primeros auxilios.

Mira. Todo lo ve desde su guarnición.

Observa. Mira continuamente

desde el rescoldo de saberse irreemplazable

en un derroche que no se colma.

Canturrea los llantos,

también los berrinches,

desinfecta las heridas con saliva de sus labios,

seca lágrimas y, si se tercia,

limpia babas y mocos a un tiempo

y todo lo remata con un beso.

Ella es una copla que cambia de letra,

pero no de melodía.

De cuando en cuando un arrumaco,

sin dejar de hacer sus tareas

ni delegar la guarda y custodia.

Un llanto es una alarma,

pero ella sabe distinguir

la rabieta del hambre o el sueño.

Es la hora. Ella nota la pulsión en su seno

y, como si se encontrara

en un lugar recóndito,

saca un pecho de entre blondas ceñidas

y el bebé acompasa la respiración al instante

para no atragantarse.

“Madre no hay más que una

y a ti te encontré en la calle”.

20 abril 2024

AMANECE

 


Amanece. La luz se despereza

titubeante y con la tibieza de la duda,

con la timidez de haber olvidado

el itinerario del día anterior.


Por entre los chopos,

badea el arroyo, salta los trancos,

se columpia por las copas arbóreas

y poco a poco gana en intensidad.


Todo está donde ayer,

pero todo es novedoso, osado a veces

y siempre esperanzador.


Vuela un pájaro que no identifico

y, en sus arabescos, describe,

como emulando mi mirada,

mis mismas dudas de ayer

en el bajorrelieve del hoy.


La brisa hace sones silbados

por entre las agujas de los pinos

y se demora gustándose,

recreándose en el roce

con el cosquilleo de un mañana.


Todo es nuevo. Todo un estreno repetitivo,

bajo el guion de una antigua partitura

que conduce a las manos del Creador.

19 abril 2024

DESPERTAR

 


Amanecer a una nueva luz

en la sala de despertar,

salir del murmullo de la nada

para detentar la vida

desde esa novedosa dimensión:

palparse, confrontar la medida del ahora

y saberse a este lado de la Estigia.

En esta ocasión,

el funambulista no ha perdido el equilibrio

y volverá a tropezar, quizás,

en las mismas piedras.

18 abril 2024

GERANIO

 


Común, como un sustantivo anodino,

como una señal de tráfico

a la que nadie presta atención

y habita el reino de lo popular.

En sí, es un grito inodoro,

un rubor encendido en medio

de un sortilegio abigarrado y verde.


Un destello, una sonrisa encarnada

que se asoma por entre los hierros

de una verja o hace equilibrio

en el barandal de un balcón

permanentemente asomado

en el que gallardamente se recrea.


Un brochazo ágil y espectacular

que separa el grano de la paja,

que vislumbra, entre lo cotidiano,

salseando y sorteando lo exclusivo

con la fragilidad de lo efímero.

17 abril 2024

GIRALDILLO

 





Virtuoso de los vientos,

de todos los orígenes

y hacia todos los destinos.

Lidiador de las alturas,

desde la cota de tu privilegio

insigne revoltillo─

oteas la rosa de los vientos

con la misma agilidad

que un mortal torpemente parpadea.

Seguro que también sientes

que hay una pulsión que te estremece

cuando la dama de noche,

el jazmín o el azahar

eleva vaharadas hasta tus pituitarias,

hasta la cota de tu empoderamiento.

Mas no te rindes, y cabalgas,

y galopas, según la intensidad,

mientras recreas la mirada

desde el Aljarafe a Palmete,

desde el Parque Alcosa a Heliópolis

como quien guiña a la engalanada que pasa.